viernes, 11 de octubre de 2013

TENGO FIEBRE….

O lo que pareciera peor: Mi hijo(a) tiene fiebre, entramos en “pánico”, tal vez porque no hemos comprendido la importancia de este síntoma, como un mecanismo de defensa natural.  Ya lo decía Parménides (filósofo y médico Griego) en el siglo VI a.de C.: “Denme el poder de inducir fiebre y curaré todas las enfermedades”, incluso por muchos siglos, los médicos entendieron que la fiebre era un poderoso mecanismos para luchar contra las enfermedades, incluyendo los tumores.

Si la temperatura axilar es mayor de 37ºC y menor de 38ºC se llama febrícula, si es mayor o igual a 38ºC y menor de 40ºC, se llama fiebre, si es mayor o igual a 40ºC, se llama hiperpirexia.

Es cierto que tener fiebre nos indica que se está dando una “batalla” en nuestro cuerpo, pero dicha lucha es a FAVOR  de la persona y nunca en contra, generalmente está asociada a procesos infecciosos en la mayoría de origen viral y en otras bacteriano, pero pueden haber otras causas que generen aumento de la temperatura como por ejemplo la dentición en algunos niños, post vacunaciones, etc.

Uno de los grandes temores respecto de la fiebre, es la convulsión febril, se cree erróneamente que el tener fiebre sea la causa de ella y es cierto que hay niños más susceptibles a sufrirla, pero incluso no se necesita tener una altísima temperatura para llegar a tener una convulsión, las cuales en general no quiere decir que se sufra de epilepsia y mucho menos que genere daño cerebral permanente, sin querer decir tampoco que hay que evaluar cada caso particular.

El tema central, es que siendo la fiebre uno de los primeros y más importantes mecanismos de defensa natural contra infecciones, no es comprensible que se hagan ingentes esfuerzos por erradicarla a como dé lugar, usando medicamentos químicos como paracetamol, diclofenaco potásico, dipironas, ibuprofeno, etc, llegando incluso a casos en que se pasa de tener fiebre a tener temperatura baja, lo cual puede producir una “parálisis” del sistema inmune que estaba reaccionando para defenderse, creando un ambiente propicio para que los microorganismos puedan reproducirse y agravar el caso y llegar a requerir antibióticos adicionalmente a lo ya recetado. Es ahí en donde bajo el concepto de las medicinas bioreguladoras, estimulamos a los padres, a respetar la fiebre, controlarla, evaluarla y con productos de la línea homeopática o incluso  con medios físicos MODULARLA, NO ERRADICARLA y con estas recomendaciones, le damos la oportunidad al sistema inmune a que reaccione, se defienda y lo que es más importante que APRENDA, o sea que genere memoria inmune para que luego la respuesta y la defensa ante otro nueva agresión de microorganismos, sea más rápida y efectiva. Además porque hay evidencia que el suprimir las enfermedades agudas en la infancia, podría ser generador de procesos crónicos más adelante. Para lograr este objetivo, se requiere profesionales que eduquen y sean enfáticos y claros, para que los padres sepan cómo actuar, que tengan paciencia, que le den la oportunidad al sistema a que se defienda y de nuevo reiterar que la fiebre es muy importante. Con medicamento bioreguladores logramos el objetivo, sin riesgos de ninguna clase y lógicamente que manteniendo contacto con la familia para saber los pasos a seguir, ya que generalmente las primeras 72 horas son claves para tomar las decisiones médicas pertinentes, evaluar si se requiere o no antibióticos, cosa que en mi experiencia cada vez es menos la necesidad de recetarlos, porque contamos con un abanico amplio de posibilidades terapéuticas para manejar procesos frecuentes como amigdalitis, otitis, sinusitis, bronquitis, etc. Esto aplica tanto en niños como en adultos, pero la experiencia nos ha mostrado que los niños en general responden más rápido.

Gustavo Elberto González Marmolejo
Médico Cirujano, Universidad Libre de Cali, Colombia
Consulta en Santiago, Chile

jueves, 5 de septiembre de 2013

QUE TU ALIMENTO SEA TU MEDICINA…

Y tu medicina tu alimento, reza uno de los aforismos Hipocráticos y de verdad que en mi experiencia en las medicinas biorreguladoras, cobra mucha importancia en el quehacer diario de la consulta.

Porque me resulta casi incomprensible que en la medicina convencional se le de poca importancia a lo que comemos, incluso en especialidades en donde debiera ser primordial como la gastroenterología y más curioso aún en la endocrinología, diabetología y nutriología.

Esto lo digo con conocimiento de causa a través de mis pacientes que incluso habiendo visitado a  connotados profesionales de sus especialidades por enfermedades varias, al preguntarles sobre su dieta habitual normal diaria, me doy cuenta que allí podría estar la causa y la solución total o parcial a sus quejas de salud, ante lo cual les pregunto si su especialista les preguntó qué comía y ante mi asombro, muchos me contestan que nunca lo hicieron, es decir se están limitando a tratar síntomas, a recetar 1, 2 o más medicamentos de síntesis (alopáticos) para “contrarrestar ese o esos síntomas, sin mirar la o las causas probables  que podrían estar detrás de lo que consumimos a diario y para completar se manda además otro medicamento para proteger al estómago del efecto nocivo de los anteriores recetados.

Molestias tales como dispepsias (llenuras, hinchazón abdominal, dolor abdominal, gases, acidez y un largo etc) que tiene que ver muchas veces con lo que comemos, la forma en que comemos, las mezclas de comidas, los horarios y claro está, todo esto dentro de un contexto de vida diaria, muchas veces estresantes, porque no hay tiempo para comer, hay que hacerlo rápido, si es que logramos hacerlo en las horas adecuadas y lo otro es que no sabemos (por desconocimiento) qué calidad de alimentos  estamos ingiriendo.

Sobre este último punto es importante aclarar que no solo basta con tener en cuenta las calorías sino también la calidad de lo que se come, porque yo podría hacer una dieta restrictiva de por ejemplo 1500 calorías a base de bebidas dietéticas en polvo, hamburguesas con pan blanco light o hacerlo mejor y tener equilibrio entre consumo de carbohidratos de buena calidad, proteina de alto valor biológico y grasas poliinsaturadas también muy valiosas y necesarias.

Así, me he encontrado con casos en que simplemente equilibrando y ordenando sus alimentos, educando un poco al respecto y apoyándome con una nutricionista experta en el área biológica, hemos logrado mejorar casos complejos, incluso en niños con alergia e intolerancias alimentarias,  que llegaban a generar sangrado digestivo, resistencia a insulina sin necesidad de medicamentos químicos, mejorías notorias en enfermedades más complejas como colitis ulcerosa y enfermedad de Chron y ni qué decir de otras en donde aparentemente nada tendría que ver como son las  migrañas, las cuales hemos encontrado que muchas se deben a un factor digestivo por afectación del hígado y/o el colon, obviamente que son pacientes a quienes ya se les ha descartado alguna otra complicación a nivel cerebral y podría seguir enunciando tantos otros problemas de salud en donde la alimentación juega un papel primordial como son el cáncer, diabetes, hipertensión, enfermedades autoinmunes y la verdad podría enumerar toda la medicina interna y pediatría en donde todas en mayor a menor grado se afectan por la calidad de los alimentos a ingerir, ojalá naturales, de temporada, orgánicos y con preparación casera.

Por tanto, que TU ALIMENTO SEA TU PRIMERA MEDICINA, vale la pena intentarlo.

Gustavo Elberto González Marmolejo
Médico Cirujano, Universidad Libre de Cali, Colombia

miércoles, 14 de agosto de 2013

continuación (HOMOTOXICOLOGÍA), ¿QUÉ ES ESTO?....

Siguiendo el post anterior...

También habrán notado que menciono la individualidad como un factor importante a tener en cuenta al momento de elegir los tratamientos y es que la neumonía de Juan, no es la misma neumonía de Pedro o María, cada uno llegó al “mismo diagnóstico” muy probablemente a través de vías distintas y eso es importante a la hora de tratar al paciente, o sea y refuerzo la idea, tratamos al paciente, NO al diagnóstico, NO a la enfermedad, cosas que cuesta ser entendida por el mundo médico convencional alopático, en donde la enfermedad es el “enemigo” a vencer a como dé lugar, ejerciendo lo que denomino una medicina “bélica” o guerrera, en donde se emplean “armas” a veces innecesarias o con demasiado poder de daño colateral y de paso aclaro de una vez que NO es que estemos en contra totalmente de los tratamientos convencionales, a veces NO hay nada más “biológico” que un antibiótico, un corticoide etc, si en ese momento dado, es lo prioritario para salvaguardar la vida de una persona, pero no de la manera rutinaria en que se mal usa de los recursos farmacéuticos, generando resistencias bacterianas, efectos colaterales por uso prolongado y iatrogenia medicamentosa (efectos adversos de medicamentos BIEN RECETADOS,  llegando a constituirse como una de las primeras causas de muerte según los estudios hechos).

Si empezamos a cambiar el paradigma médico convencional, lo cual requerirá un cambio en el modelo educativo médico impartido en nuestras Universidades , acompañado de una difusión a la población general de un concepto que entre otras cosas NO es nuevo, es simplemente retornar al modelo Hipocrático original, con sus aforismos de salud ,seguro que podríamos empezar a pensar que otra forma de vivir es posible, al menos desde el concepto de salud –enfermedad, la prevención cambiaría a un cambio de estilo de vida, de alimentación, de actividad física, de manejo del estrés, de cuidar el medio ambiente y no solo pensar que la prevención es el uso de vacunas, mejor dicho, en última instancia, tratar de ser mejores seres humanos, empezando por la autoresponsabilidad con el vehículo que se nos prestó para venir a disfrutar de este lindo mundo, NUESTRO CUERPO.
La invitación entonces es a cambiar conceptos, no se trata de MEDICINA ALTERNATIVA O COMPLEMENTARIA,  es solamente MEDICINA con una visión integradora, holística, humana, en donde se involucran los aspectos físicos, biológicos, mentales y espirituales, de una manera indivisible, ya que siempre estarán unidos en un ser humano y no seguir con el modelo actual especializado, super-especailizado en donde se mira al ser humano por partes  no  integrándolo como debe ser, esa es la medicina Cartesiana, gracias a René Descartes que en su momento histórico habló de la división entre mente y cuerpo, diciendo que el cuerpo lo trataban los médicos y la mente los sacerdotes en su época y actualmente los psiquiatras, cada uno de los especialistas haciéndose cargo de su parte, medicando cada uno su tema y llenando cada vez más a esa persona llamada paciente de más medicamentos químicos que generan más retoxicidad, bloqueos de procesos biológicos y las grandes problemas que actualmente estamos viendo, cada vez más enfermedades crónicas y degenerativas.


Este tipo de visión debiera ser la de primer nivel de uso en todas las edades, ya que se puede tratar desde recién nacidos, hasta ancianos y mujeres en embarazo y gracias a que actualmente en Chile se han dictado varios diplomados para profesionales de la salud, principalmente médicos, es que ya contamos con varios “especialistas” que usan este modelo de medicina biorreguladorsa en el tratamiento de sus pacientes, con excelentes resultados o en mi caso particular, como médico general, con grandes no solo resultados sino satisfacciones por ver cómo hay cambios en casos en donde muchas veces y qué triste decirlo, se había perdido la esperanza.

Saludos, 

Gustavo Elberto González Marmolejo
Médico Cirujano, Universidad Libre de Cali, Colombia

miércoles, 24 de julio de 2013

MEDICINA BIOLÓGICA ALEMANA (HOMOTOXICOLOGÍA), QUÉ ES ESTO?

Antes de empezar a aclarar conceptos, quiero agradecer la oportunidad brindada para comunicarme a través de este medio con tod@s Ustedes y trataré de expresar parte de mi experiencia de más de 17 años de práctica en este tipo de medicinas, mal llamadas “alternativas” y con más de 23 de haberme recibido de médico cirujano en Cali, Colombia, en un lenguaje claro y sencillo, confiando que sea claro, pero sin dejar de lado la seriedad que se merece este tema y las implicaciones que puede llegar a tener.

Ahora, al grano…… El Dr alemán Hans- Heinrich Reckeweg en 1952, construye su teoría que llamó HOMOTOXICOLOGÍA, tratando de generar un “puente” entre la medicina convencional alópata y la medicina homeopática, integrando conceptos médicos de la patología celular, humoral y molecular. El término se desglosa de HOMO (ser humano) y TOXICOLOGÍA (efecto de toxinas), clasificándolas en 2 grandes grupos: 1- Homotoxinas Exógenas, es decir que vienen de afuera, como podrían ser sustancias químicas de los alimentos, contaminación ambiental, psicotoxinas por estrés, y un gran etc. y 2- Homotoxinas endógenas, producto del metabolismo interno del ser humano, como por ejemplo, ácido úrico, colesterol, etc.

Es así como empieza considerando que TODAS las enfermedades, independiente de la fase en que se encuentren, representan procesos vitales con una finalidad biológica y es “deshacerse” de esas homotoxinas, por tal motivo considera de extrema importancia no bloquear dichos procesos con medicamentos “anti” y así, aplicar uno de los aforismos Hipocráticos que dicen “lo primero es no hacer daño”, cosa que contrariamente es lo que más se usa en la actualidad (antiinflamatorios, antibióticos, antipiréticos…..etc), con la posibilidad de ser partícipe del alarmante aumento de enfermedades crónicas y degenerativas en la población.

Un principio esencial entonces, es que las enfermedades suelen ser la expresión de una lucha defensiva del sistema contra esas homotoxinas y según la fase en que se encuentre, habrá posibilidades reales de curación completa o en su defecto de tratar de compensar hasta donde sea posible los daños y mantener o conservar la vida el mayor tiempo posible en las mejores condiciones. Es decir que se empieza a cambiar el paradigma clásico que se tiene sobre la enfermedad y ahora podemos afirmar que la enfermedad es el intento del organismo por volver a su estado de salud, o sea que NO es algo negativo contra lo que debemos luchar, sino favorecer dichos procesos con las terapias biológicas adecuadas según el caso particular e individual.

En la terapia se usan medicamentos homeopáticos compuestos de origen diverso (mineral, animal, vegetal, organoterápicos, nosodes, oliogoelementos, etc) y en diferentes presentaciones farmacéuticas (tabletas, ampollas, gotas, supositorios, pomadas), cumpliendo las estrictas normas de fabricación dados por la farmacopea homeopática alemana.

El Dr. Reckeweg, clasificó esos mecanismos de regulación que conocemos como enfermedades, en 6 fases: 
1- fase de excreción, en donde el organismo de manera natural “expulsa” las homotoxinas a través de orificios o sistemas naturales (sudor, heces, orina, saliva, respiración etc), 
2- fase de reacción, en donde hay inflamación pero aguda y exonerativa, es decir que busca expulsar de manera más rápida y efectiva dichas toxinas, aquí hablamos de todas las “itis” (amigdalitis, sinusitis, etc), 
3- fase de deposición, si el organismo no puede eliminar las toxinas, empieza a depositarlas en sus tejidos y se empiezan a formar los “omas”, fibromas, lipomas etc . En estas primeras 3 fases aún es posible una curación total, si se aplican los principios de la medicina biológica y se hacen los cambios adecuados para lograrlo (dieta , ejercicio, etc). 

Sin embargo si se sigue llevando un estilo de vida inadecuado y un tratamiento no biológico, el sistema se va “congestionando”, se sigue autointoxicando, lo que llamó el Dr. Reckeweg, retoxicación (medicamentos químicos que bloquean procesos enzimáticos y que podrían generar mutaciones celulares, alterando la estructura intranuclear, mitocondrial), llegando a la 4 fase llamada de impregnación, en donde ya las toxinas han penetrado a la célula, permaneciendo latentes y si hay retoxicaciones sucesivas llegar a la fase 5 de degeneración, caracterizada por la destrucción de estructuras intracelulares como enzimas y genes para finalmente llegar a la etapa 6, tan temida por tod@s como es la fase de neoplasia o de cáncer.

Pero, aun en etapas avanzadas, es posible intentar al menos ayudar al sistema a tratar de compensar esos daños, hasta donde le sea factible según la biología individual y el deseo asociado a cambios reales en su estilo de vida que lo llevó a tal estado.

Estos procesos deben ser entendidos y controlados por un profesional de la salud, entrenado en ello, que comprenda los alcances y las posibilidades terapéuticas de ayuda y ojalá actuando en equipo multidisciplinario según  el caso a tratar, como bien lo hacemos en compañía de una nutricionista que maneje también los conceptos biológicos y no solo de contar calorías y de psicología, ya que al menos en los procesos crónicos, degenerativos y de cáncer, es indudable que lo psicoemocional-espiritual, juega un rol muy importante.

Es así como de una manera concisa y espero que algo aclaradora, trato de explicar en lo que consiste este tipo de medicina que con el tiempo ha tenido varios nombres, debido a lo confuso de su nombre inicial (homotoxicología), actualmente llegando a un consenso casi mundial en que se habla de medicina de biorregulación, ya que lo que se busca es regular hasta donde sea posible los procesos biológicos individuales.

Este artículo continuará en el próximo post...


Llevo  más de 11 años en Chile, atendiendo solamente consulta de forma privada, practicando además la Terapia Neural, que próximamente escribiré al respecto, con pacientes que llevan más pacientes, esa ha sido mi “publicidad” , mi presentación y ahora a través de este medio en donde espero poder orientarl@s hasta donde me sea posible.

Muchas gracias.

Gustavo Elberto González Marmolejo
Médico Cirujano, Universidad Libre de Cali, Colombia