jueves, 5 de septiembre de 2013

QUE TU ALIMENTO SEA TU MEDICINA…

Y tu medicina tu alimento, reza uno de los aforismos Hipocráticos y de verdad que en mi experiencia en las medicinas biorreguladoras, cobra mucha importancia en el quehacer diario de la consulta.

Porque me resulta casi incomprensible que en la medicina convencional se le de poca importancia a lo que comemos, incluso en especialidades en donde debiera ser primordial como la gastroenterología y más curioso aún en la endocrinología, diabetología y nutriología.

Esto lo digo con conocimiento de causa a través de mis pacientes que incluso habiendo visitado a  connotados profesionales de sus especialidades por enfermedades varias, al preguntarles sobre su dieta habitual normal diaria, me doy cuenta que allí podría estar la causa y la solución total o parcial a sus quejas de salud, ante lo cual les pregunto si su especialista les preguntó qué comía y ante mi asombro, muchos me contestan que nunca lo hicieron, es decir se están limitando a tratar síntomas, a recetar 1, 2 o más medicamentos de síntesis (alopáticos) para “contrarrestar ese o esos síntomas, sin mirar la o las causas probables  que podrían estar detrás de lo que consumimos a diario y para completar se manda además otro medicamento para proteger al estómago del efecto nocivo de los anteriores recetados.

Molestias tales como dispepsias (llenuras, hinchazón abdominal, dolor abdominal, gases, acidez y un largo etc) que tiene que ver muchas veces con lo que comemos, la forma en que comemos, las mezclas de comidas, los horarios y claro está, todo esto dentro de un contexto de vida diaria, muchas veces estresantes, porque no hay tiempo para comer, hay que hacerlo rápido, si es que logramos hacerlo en las horas adecuadas y lo otro es que no sabemos (por desconocimiento) qué calidad de alimentos  estamos ingiriendo.

Sobre este último punto es importante aclarar que no solo basta con tener en cuenta las calorías sino también la calidad de lo que se come, porque yo podría hacer una dieta restrictiva de por ejemplo 1500 calorías a base de bebidas dietéticas en polvo, hamburguesas con pan blanco light o hacerlo mejor y tener equilibrio entre consumo de carbohidratos de buena calidad, proteina de alto valor biológico y grasas poliinsaturadas también muy valiosas y necesarias.

Así, me he encontrado con casos en que simplemente equilibrando y ordenando sus alimentos, educando un poco al respecto y apoyándome con una nutricionista experta en el área biológica, hemos logrado mejorar casos complejos, incluso en niños con alergia e intolerancias alimentarias,  que llegaban a generar sangrado digestivo, resistencia a insulina sin necesidad de medicamentos químicos, mejorías notorias en enfermedades más complejas como colitis ulcerosa y enfermedad de Chron y ni qué decir de otras en donde aparentemente nada tendría que ver como son las  migrañas, las cuales hemos encontrado que muchas se deben a un factor digestivo por afectación del hígado y/o el colon, obviamente que son pacientes a quienes ya se les ha descartado alguna otra complicación a nivel cerebral y podría seguir enunciando tantos otros problemas de salud en donde la alimentación juega un papel primordial como son el cáncer, diabetes, hipertensión, enfermedades autoinmunes y la verdad podría enumerar toda la medicina interna y pediatría en donde todas en mayor a menor grado se afectan por la calidad de los alimentos a ingerir, ojalá naturales, de temporada, orgánicos y con preparación casera.

Por tanto, que TU ALIMENTO SEA TU PRIMERA MEDICINA, vale la pena intentarlo.

Gustavo Elberto González Marmolejo
Médico Cirujano, Universidad Libre de Cali, Colombia