Y tu medicina tu alimento, reza
uno de los aforismos Hipocráticos y de verdad que en mi experiencia en las
medicinas biorreguladoras, cobra mucha importancia en el quehacer diario de la
consulta.
Porque me resulta casi
incomprensible que en la medicina convencional se le de poca importancia a lo
que comemos, incluso en especialidades en donde debiera ser primordial como la
gastroenterología y más curioso aún en la endocrinología, diabetología y
nutriología.
Esto lo digo con conocimiento de
causa a través de mis pacientes que incluso habiendo visitado a connotados profesionales de sus
especialidades por enfermedades varias, al preguntarles sobre su dieta habitual
normal diaria, me doy cuenta que allí podría estar la causa y la solución total
o parcial a sus quejas de salud, ante lo cual les pregunto si su especialista
les preguntó qué comía y ante mi asombro, muchos me contestan que nunca lo
hicieron, es decir se están limitando a tratar síntomas, a recetar 1, 2 o más
medicamentos de síntesis (alopáticos) para “contrarrestar ese o esos síntomas,
sin mirar la o las causas probables que
podrían estar detrás de lo que consumimos a diario y para completar se manda
además otro medicamento para proteger al estómago del efecto nocivo de los
anteriores recetados.
Molestias tales como dispepsias
(llenuras, hinchazón abdominal, dolor abdominal, gases, acidez y un largo etc)
que tiene que ver muchas veces con lo que comemos, la forma en que comemos, las
mezclas de comidas, los horarios y claro está, todo esto dentro de un contexto
de vida diaria, muchas veces estresantes, porque no hay tiempo para comer, hay
que hacerlo rápido, si es que logramos hacerlo en las horas adecuadas y lo otro
es que no sabemos (por desconocimiento) qué calidad de alimentos estamos ingiriendo.
Sobre este último punto es
importante aclarar que no solo basta con tener en cuenta las calorías sino
también la calidad de lo que se come, porque yo podría hacer una dieta
restrictiva de por ejemplo 1500 calorías a base de bebidas dietéticas en polvo,
hamburguesas con pan blanco light o hacerlo mejor y tener equilibrio entre
consumo de carbohidratos de buena calidad, proteina de alto valor biológico y
grasas poliinsaturadas también muy valiosas y necesarias.
Así, me he encontrado con casos
en que simplemente equilibrando y ordenando sus alimentos, educando un poco al
respecto y apoyándome con una nutricionista experta en el área biológica, hemos
logrado mejorar casos complejos, incluso en niños con alergia e intolerancias
alimentarias, que llegaban a generar
sangrado digestivo, resistencia a insulina sin necesidad de medicamentos químicos,
mejorías notorias en enfermedades más complejas como colitis ulcerosa y
enfermedad de Chron y ni qué decir de otras en donde aparentemente nada tendría
que ver como son las migrañas, las
cuales hemos encontrado que muchas se deben a un factor digestivo por afectación
del hígado y/o el colon, obviamente que son pacientes a quienes ya se les ha
descartado alguna otra complicación a nivel cerebral y podría seguir enunciando
tantos otros problemas de salud en donde la alimentación juega un papel
primordial como son el cáncer, diabetes, hipertensión, enfermedades autoinmunes
y la verdad podría enumerar toda la medicina interna y pediatría en donde todas
en mayor a menor grado se afectan por la calidad de los alimentos a ingerir,
ojalá naturales, de temporada, orgánicos y con preparación casera.
Por tanto, que TU ALIMENTO SEA TU
PRIMERA MEDICINA, vale la pena intentarlo.
Gustavo Elberto González Marmolejo
Médico Cirujano, Universidad Libre de Cali, Colombia
Médico Cirujano, Universidad Libre de Cali, Colombia